¿Sabías que tienes una habilidad en tu cerebro que se llama la “reserva cognitiva”? Se le llama reserva cognitiva a la capacidad que tiene nuestro cerebro de hacer frente a los posibles daños cerebrales. Esto significa que podemos tomar las precauciones necesarias para retardar enfermedades neurodegenerativas, atrasar factores de envejecimiento y combatir el desgaste de la memoria.
Uno de los factores más importantes que hace que las personas tengan más reserva cognitiva es la educación. A mayor educación, más lectura y más reto intelectual, mayor es su reserva cognitiva. Los factores socioeconómicos, el nivel ocupacional y su coeficiente intelectual también abonan favorablemente a esa reserva.
Esto significa que tenemos que mantener nuestro cerebro logrando metas, alcanzando anhelos, ofreciéndole retos, aprendizaje, y actividad física. Sin embargo, nunca es tarde para abonar a esta reserva que puede ser significativa en tu vida.
Si una persona desarrolla una neuropatía y tiene una buena reserva cognitiva, tiene la posibilidad de lograr mejor ejecución y más resistencia que una persona que no la tiene.
Una capacidad grande de reserva cognitiva nos asegura atrasar cualquier posible enfermedad neurodegenerativa como la del Alzheimer o Parkinson, entre otras. No es garantía de que no nos dé, pero sí de retrasar unos 10 años esas enfermedades.
La herramienta del Mindfulness contribuye significativamente a esta reserva cognitiva, promueve la neuroplasticidad y retarda las patologías porque es un neuroprotector sumamente eficaz. Además de que realizar esta práctica es un mecanismo científico cerebral para que nuestras neuronas estén en óptimas condiciones, y tengamos control de la ansiedad, la depresión, y sepamos aceptar las cosas del diario vivir desde una óptica de aceptación, sin juzgarnos y aprendiendo a ser más felices.
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