La experiencia de la meditación beneficia a los seres humanos desde muchísimos ángulos: emocional, espiritual, pero sobretodo neurológico. Es por esta razón que al presente existe un “boom”, un resurgir de esta práctica meditativa dentro del panorama del bienestar y la salud.
Esto se debe a que cada día se descubren más beneficios de aquello que ocurre con nuestro cerebro y nos permite generar actitudes y emociones que deseamos y que nos sanen. Además de la calma que se alcanza, desarrollamos cambios conductuales y mentales. También la práctica de meditar reorganiza los circuitos neurales para retardar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, entre otras.
Conociendo este potencial, podemos concientizarnos y hacer uso del amplio espectro de posibilidades que nos da nuestro cerebro. Lo importante es que sepamos cómo manejarlo y no dejar que nuestro cerebro actúe en piloto automático. Si bien hay órganos que actúan de manera autónoma en nuestro organismo, el resto puede ser controlado por nosotros a través de la respiración.
Debemos ver el cerebro como una computadora y nosotros somos su programador o dueño. No debemos dejar que esa computadora actúe sola porque se crea una fractura entre tu conciencia, tu identidad del ser y el mecanismo de esta materia. Tú debes tener siempre ese control. Ese control te permite el cambio. Este control radica en la oportunidad de proveerte espacios de silencio, respiración y sosiego. Meditar te conduce a este ejercicio que podrás incorporar poco a poco en tu vida. Meditar cambia el cerebro en unas 4 a 6 semanas.
El cerebro crea circuitos eléctricos a base del ejercicio de la costumbre. Todo aquello que se repite, se afianza. Cuando concientizamos a nuestros pacientes de este mecanismo, podemos ayudarlos a crear nuevos circuitos, ya sea para abolir las fobias, crear nuevas costumbres, romper patrones negativos, cambiar pensamientos destructivos o enfermizos y así generar nuevos circuitos de pensamiento para crear nuevas actitudes.
Todo esto puede crear en nosotros una nueva realidad. El potencial neurológico es tan grande que hay mucho por estudiar. Es mucho lo que todavía desconocemos del funcionamiento de nuestro cerebro pero sabemos que esa posibilidad nos permitirá crecer y sanar.
La capacidad de uso y de almacenamiento del cerebro es cuasi infinita, inmedible. Sabemos que tenemos “built in” sistemas que no sabemos utilizar a capacidad, o que no conocemos cómo utilizarlos directamente. Pero comenzamos a intuir sobre qué se puede lograr. Otros mecanismos son ya altamente conocidos y la ciencia fomenta su práctica por los beneficios neurológicos ya probados y estudiados. El cerebro posee una inteligencia infinita que se estimula con la meditación. El silencio es su gasolina.
Cuando logramos alcanzar estos estados de silencio, calma, sosiego, pausa mental; cuando logramos acallar los pensamientos, pisamos la realidad en aceptación incondicional, estamos presente ante el momento, vamos atenuando el sesgo negativo, podemos transformar la manera de pensar.
No podemos dejar que el mundo, los males sociales, la política, los desastres, la economía contaminen nuestra mente. Debemos elevarnos por encima de todo esto y tener el control. Conectarnos con la realidad natural, el aquí y el ahora, permite que nuestra mente se ancle en la realidad y ofrezca la mejor versión de sí misma.
Pero si permitimos la contaminación del mundo, del mundanal ruido, la mente se pierde y las personas pierden el control de su vida. Observa por un momento qué dices a ti mismo, qué te narras en silencio, cómo ves el mundo, cuáles son las palabras que seleccionas, de qué le hablas a la gente que te rodea. Contribuyes a tu paz, o reafirmas ideas enajenadas?
Observa tu vida en general en 3 segundos… Sientes que estás estancado en el mismo lugar? Has tenido puntos de evolución y crecimiento o ha sido lo mismo más o menos zigzagueante? Hay eventos importantes de logros que pudieras atesorar, o solo una línea inerte y monótona en la que te has plantado siempre? Es posible que nunca hayas logrado cambiar tus circuitos y necesites percatarte de que estás anclado en tu propio sistema crítico. Que estés estancado en ideas que no te hacen progresar. Somos autores de nuestra realidad. A veces directamente otras veces si querer. Y esto por desconocer el potencial cerebral.
La meditación hace que te percates de cuán sano es tu pensamiento, o de cuán tóxico eres, o de cómo vives el presente perfecto o de cómo te estás marginando de la realidad. La meditación nos provee ecuanimidad. Nos lleva a una supra conciencia estable, calmada, de sosiego infinito. Una vez alcanzamos este estado de apaciguamiento, vemos la vida con claridad y podemos sacar el mejor provecho de ella.
Cambiando la manera de ver el mundo, hace que cambie la química de tu cerebro y tus pensamientos. Entonces comienzan los milagros. Medita!
Si quieres aprender a meditar, puedes acceder a mis meditaciones guiadas en este enlace de #InsightTimer. Allí tienes muchísimas para escoger: meditaciones para enfocar, para el control, para rezar, para calmar la mente, para bajar la velocidad de pensamientos, para aceptar, para soltar estrés, para dormir... En fin, para cada situación te ofrezco una meditación. Como psicóloga estoy certificada en Neurociencia Cognitiva y Neuropsicología. Esto permite que mis meditaciones cumplan con aspectos neurocientíficos basados en la ciencia y validados por la ciencia.
Hay meditaciones guiadas de diversos tipos para desarrollar distintos aspectos mentales. No dejes pasar este momento y comienza a meditar. Este vídeo te presenta una muestra. Que lo disfrutes.
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