Hay cosas, situaciones, palabras e incluso pensamientos que provocan de momento una sensación de desagrado, malestar, recuerdo negativo, ansiedad y miedo. Este estado emocional momentáneo, puede incluso llevarnos a un ataque de ansiedad. A eso le llamamos DETONADORES. Porque su efecto es precisamente como si hubiéramos tocado un botón que encendiera y disparara esas sensaciones que no deseamos. Si pensamos mucho en ellos, los cultivamos y se multiplican.
Sin embargo, existen otras cosas, situaciones, pensamientos y sensaciones que causan justamente lo opuesto a un detonador. A estos se les llama DESTELLOS. Los destellos son momentos pequeños pero edificantes que duran a veces fracciones de segundos, momentos o minutos. Son momentos en que rememoramos paz, dicha, alegría, felicidad, plenitud. Estos momentos son totalmente lo opuesto de los detonadores negativos, o un tipo de estímulo positivo que evoca en nosotros una sensación de bienestar total. Estos momentos los podemos reconocer y rememorar. De la misma forma, si pensamos mucho en ellos, los cultivamos y se multiplican.
Una estrategia para combatir los estados de ansiedad es domesticando nuestros pensamientos. Y una manera de irlos domesticando es provocando cada vez más los "destellos" de nuestra vida. Si piensas en un destello, seguro que llega a tu mente una luz, un brillo, un reflejo... Esta es precisamente la metáfora de eso que vamos a buscar. Un destello va a ser entonces, el recuerdo de un momento sumamente placentero, el recuerdo de una sensación agradable, el recuerdo de un momento de lucidez mística, la emoción breve pero intensa de alguna cosa que siempre que recuerdas te trae esa agradable sensación.
Muchas personas comienzan como ejercicio a buscar esos destellos y a provocarlos. Por ejemplo, te vas a caminar por la playa en la tarde y estás atenta observando detalles de la naturaleza, porque sabes que si ves una bandada de gaviotas, tu alma se regocija. Te pones a escuhar la música que te gusta. O vas a pasear en la tarde, esperando ver un ocaso anaranjado y hermoso que te alegre el espíritu. Otras personas, salen un rato al jardín en la noche o al patio para ver las estrellas porque esa sensación les causa una emoción de gratitud y una sensación de unión con el Universo. Otras, buscan en las flores, en los árboles, en los aromas de la naturaleza, esa chispa de bienestar que buscan sentir. Los destellos pueden venir en distintas formas: una taza de té en el balcón, escuchar a los niños reír y jugar, observar las aves, encender velas aromáticas, sentir el olor de la lluvia, leer un buen libro, hornear galletitas, acariciar tu mascota, llevar a cabo un acto de bondad y compasión, ayudar al prójimo... en fin, que son muchos los momentos que seguro has podido atesorar y puedes reconocer como destellos que te han hecho feliz.
Los destellos son momentos que podemos buscar, que podemos provocar y que debemos evocar. Esto significa que de manera intencional debemos darnos a la tarea de buscar y rebuscar en los momentos en que podamos, ese "algo" que nos causa ese instante de profundo placer , de éxtasis místico, de total calma y plenitud.
Sé que si pensamos en varios destellos en nuestra vida, podemos recapitular más de los que yo pudiéramos enumerar. Y de esto es que se trata... de que miremos la vida, desde otro ángulo y que comencemos a buscar estos destellos en todo momento, en todas las cosas, en todos los espacios que visitemos. Puedes comenzar haciendo anotaciones en tu libreta. O tener un diario en el que puedas narrar y describir cada uno de tus destellos. Este es un buen ejercicio sanador.
Quiero que sepas que nuestro cerebro tiene la capacidad de imaginar las cosas muy bien. Por eso, cuando sufrimos de ansiedad o estados de pánico, cualquier cosa, puede ser mal interpretada por nuestra amígdala y detonar ese estado desagradable que no queremos sentir. Nuestro cerebro NO sabe la diferencia entre aquello que estamos imaginando y lo que estamos viviendo. Esto en particular es sumamente importante saberlo porque así sabremos cómo dirigir mejor nuestros pensamientos. Cuando imaginamos cosas positivas, estamos dando ese imput al cerebro. Si por el contrario, imaginamos cosas negativas, eso es lo que el cerebro cree que está viviendo. De por sí ya nuestro cerebro viene con un sesgo negativo de supervivencia. Darle más pensamientos negativos es aumentar esa capacidad de alerta que estimula la glándula amígdala en nuestro sistema límbico provocando estados de ansiedad.
Si le damos pensamientos e ideas positivas al cerebro, esto va moldeando nuestra capacidad de controlarlo y de trasnformarlo a favor nuestro. Buscar los destellos en nuestra vida es una herramienta perfecta para que vayamos frenando el sesgo negativo y vayamos percibiendo un estado emocional positivo que nos provoque calma y sosiego. Dedicarnos a buscar destellos irá transformando tu visión de mundo. El cerebro es maleable, lo podemos cambiar. Es cuestión de entrenarlo a que enfoque su atención en los destellos de la vida en vez de darle espacio a los detonadores.
Estos destellos irán cambiando el foco de atención neural y llegará el momento en automático que el cerebro, ya esté entrenado para buscar, mirar, deleitar y evocar los destellos hermosos de la vida haciendo que disfutes esa sensación positiva de paz. Podrás sentirlos cada vez que quieras y lo necesites.
Imagínate estos destellos, pequeños, brillantes, momentáneos. Quizás al principio tienen una duración breve. Pero si vas uniendo destellos, podrás terminar tejiendo un manto de luces grande, largo, duradero. Esos destellos irán creciendo y llegará el momento en que la vida completa sea un destello de paz, de alegría, de calma y de plenitud.
Comencemos con los destellos, esos momentos breve de luz y paz. Comencemos a buscar esos destellos que nos causan tanto placer. Comencemos a evocarlos, a provocarlos a buscarlos de manera intencionada, a vivirlos. Une cada destello con otro... Siéntelo! Vívelo! Percíbelo! Recuérdalo! Rememóralo!
Busca sentir e imaginar eso que sentiste en otro momento y que tanto te encantó. Provoca sentir esa emoción bonita de nuevo, imagínala una y otra vez. Y cada vez que te encuentres con un momento de destello, retrátalo en tu mente. Atesóralo! Camina por la vida, buscando esos instantes de plenitud. Guárdalos en tu corazón y revívelos. Es pasito a pasito que se logran los cambios.
Este ejercicio es una herramienta poderosa para ir modificando nuestra estructura mental, para pensar distinto, cambiar nuestra cognición. Este ejercicio de "buscar destellos" desarrolla nuestro circuito atencional, estimula el hipocampo y la memoria, ejercita el lóbulo frontal en cuanto a nuestro control y selección e irá desactivando, bajando la actividad y los impulsos de la amígdala en el sistema límbico.
De destello en destello habremos iluminado nuestras vidas. Si buscamos y pensamos en los destellos, éstos se multiplican. Llegará el momento en que lo hagamos en automático y vivamos en total bienestar y plenitud, iluminados.
Zoé Jiménez Corretjer, PhD, MPsy, Ma+
Instagram: @mindful_zoe
Comments