Un 73% de nuestro cerebro es agua. El agua es esencial para la conducción eléctrica. Y de esto se trata cuando hablamos de nuestro cerebro, que tiene la habilidad de conducir electricidad a tal punto que puede encender una bombilla de 25 voltios.
Nuestro cerebro está hecho de neuronas que son sus células y contiene alrededor de unos 86 billones de neuronas que corren a la velocidad de 268 millas por horas. Si fuéramos a colocar las neuronas una a una en filita, nos tomaría unas 600 millas de largo. El cerebro pesa más o menos unas 3 libras y es el 2% de nuestra masa corporal. Consume más energía que cualquiera de los demás órganos, siendo un 20% la energía que consume del organismo.
En nuestro cerebro ocurren alrededor de 100 a 500 trillones de procesos sinápticos. Y si fuéramos a contar una a una nuestras neuronas nos tomaría 3,126 años contarlas. Imagina un grano de arena… en un tamaño como ese se dan alrededor de un millón de sinapsis que utilizan alrededor de unas 6,000 neuronas.
Un dato curioso es que las neuronas no pasan por división celular y por cada neuronas hay 10 gliales. Nuestro cerebro es el encargado de generar el lenguaje, la atención, maneja el aprendizaje, la memoria, la imaginación y todos los procesos de nuestro organismo.
El cerebro está básicamente dividido en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo. Y tiene unas formas conocidas como cisuras o fisuras cerebrales que separan los hemisferios y los lóbulos cerebrales.
También tiene unos surcos, que son esas depresiones de menor profundidad que separa los giros. Esos giros, son las circunvoluciones o elevaciones de la superficie del cerebro producidas al plegarse la corteza sobre sí misma. Tenemos una fisura longitudinal llamada la Fisura de Rolando en el centro y la Fisura de Silvio en el área del lóbulo Temporal.
El cerebro tiene 4 lóbulos: el Frontal, el Temporal, el Parietal y el Occipital. La fisura de Rolando separa el lóbulo frontal del parietal. Cada lóbulo se encarga de unas funciones particulares. Pero todos están conectados entre sí y crean mapas, movimientos de neuronas y circuitos veloces que buscan a veces, el camino más corto para llevar la información.
Básicamente el lóbulo frontal es que se conoce como el "ejecutivo" porque es el que procesa las decisiones, mantiene el control y el juicio. El lóbulo temporal trabaja las áreas de audición, el parietal, se encarga de movimientos y espacio y el occipital de procesar la visión. Esto se los digo de manera muy muy general, pues cada lóbulo en realidad ejecuta muchísimas otras tareas y todos están conectados.
Tenemos también varias áreas destacadas que son importantes de conocer. Estas son, el hipocampo que se encarga de la memoria, y el sistema límbico, donde se procesan nuestras emociones y donde está nuestra famosa glándula amígdala cerebral que es la que tanto hemos hablado en este blog y en nuestro grupo de Whatsapp. Esa amígdala es la responsable de las emociones y si está sobre activada, o si está atrofiada, va a causar estados de ansiedad generalizados, o ataques de pánico. Es importante que podamos mantener bajo control esta glándula. Y ese control está en tus manos... O mejor dicho... en tu respiración, en tu pausa y en tu pauta. También, en tu voluntad de querer cambiar.
Lo bueno de conocer a fondo nuestro cerebro es que podemos saber de manera científica cómo remediar algunas cosas. Especialmente las que tienen que ver con la ANSIEDAD. Si practicamos ejercicio físico, estimulamos varios neurotrasnmisores capaces de generar estados de calma y sosego que ayudarán a disminuir la activación exagerada de la amígdala. También, si realizamos el MINDFULNESS, y llevamos a cabo una práctica constante y diaria, donde podamos respirar con conciencia plena por al menos unos 20 minutos, estaremos retardando enfermedades neurodegenerativas por al menos 10 años, y estaremos sanando nuestra amígdala de cualquier atrofia o sobreactividad. Esta práctica nos permite cambiar los circuitos neuronales, realambrarlos, estimular la neurogénesis y reestablecer la armonía en el sistema límbico para sanar para siempre la ansiedad. Igualmente, contribuyendo con bajar los síntomas de la depresión por intoxicación de cortisol.
Conocer nuestro cerebro y saber que es solamente un instrumento, que podemos manejarlo y controlarlo... nos ayuda a tomar acción. Nunca dejes que tu cerebro viva en "piloto automático" . Esta computadora necesita de una energía inteligente que la controle... y eso eres tú. Tu esencia, tu inteligencia, tu Yo, tu consciencia no local o sutil es quien manda y controla esa computadora. Activa tu corazón hoy cautivando momentos de sosiego, calma y paz y verás que la plenitud llegará a tu vida.
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Zoé Jiménez Corretjer, PhD, MPsy, MA
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